mírale como el demente camina sin cesar con un rostro alegre, como si se despidiera de aquellos fantasmas que le hacían sufrir, como si el fin a el jamas le fuera a llegar, derrocha la alegria que tantos son incapaces de tocar.
la interferencia se hace honor tras sus manos de algodón, su belleza es sutil le quita importancia al sol. mirarle bien porque veréis que el así consiguió vivir.

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