tras la locura solo quedaba el camino a la luz, el dejar su cuerpo, ser quien quiso ser, caminando por el horizonte del bien, por los jardines que su alma seria capaz de liberar, la nostalgia se perdió en un tramo donde llego la felicidad.
mírale como el demente camina sin cesar con un rostro alegre, como si se despidiera de aquellos fantasmas que le hacían sufrir, como si el fin a el jamas le fuera a llegar, derrocha la alegria que tantos son incapaces de tocar.
la interferencia se hace honor tras sus manos de algodón, su belleza es sutil le quita importancia al sol. mirarle bien porque veréis que el así consiguió vivir.
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