martes, 27 de mayo de 2014

habitación de hospital

En una caja de pino entierro recuerdos con el propósito de olvidarlos por un tiempo, oigo el chirrido de unas ruedas, es el resultado de una camilla de hospital donde va marcada mi historia, un lejano horizonte se ve desde la ventana un encuentro entre dos almas, siento como se va descomponiendo mi cuerpo, comenzando desde la punta de mis dedos tanto de los pies como los de mis manos, polvoseandose mi forma material, acusando me injustamente de un destino repentino, desaparezco de la tierra aunque Atándome a ella, perdida toda posible libertad anclo mis miedos en un punto sin una orientación exacta pretendiendo así no encontrarlo... Una extraña musica de discoteca inunda mi habitación, dejando una pequeña vibración que intenta interrumpir en el latido de mi corazón, recuerdo, recuerdo aquel paisaje que se veía desde la habitación, era hermoso pero de devastador, de pronto me di cuenta que no había ningún lago la ultima vez que lo mire, pero poco a poco fueron derramándose lágrimas que se fueron adentrando en la tierra, pero ya no cabían mas y fueron acumulándose creando un pequeño estanque vacío de vida, no era de extrañar pues aquel agua no era dulce si no salada.
Fui corriendo aquel paisaje pretendiendo que me miraras desde aquella habitación desolada, agitando mis brazos como la llamada de un avión intento embocar tu atención, pero no podía ver tras el eterno cristal que devolvía una imagen similar a la de un espejo en cual no me reflejaba, tras ello decidí sumergirme en la laguna de las lágrimas intentando evadir cualquier pensamiento de tristeza cualquier llamada inesperada, pero lo único que conseguí es que aquellos recuerdos que un día guarde en una pequeña caja se me representara haciéndome aumentar mas el lago, haciendo que se rebose el agua acumulada, creando un riego a las pequeñas plantas que a su alrededor rebosaban alegría, pero tras unos días todas terminaron marchitas, la sal de las lágrimas se acumularon en cada raíz sin dejar que pudiera absorber los nutrientes necesarios para su crecimiento, algo similar le estaba pasando a las personas de mi alrededor, entonces comenzó una extraña lucha por la supervivencia donde cada uno pretendía rendirse, pretendían abandonar pero algo o alguien  les obligaba a continuar.
Yo hace años deje de luchar por mi, por mi futuro, hace años abandone mi cuerpo y perdí el sentido de mi camino ocultando me bajo una vieja copa de un árbol.
E perdido mil veces una batalla que me obligaron a luchar, e abandonado mil veces las armas que me brindaron para el combate.
Pero e decidido retomarlas y comenzar enserio esta batalla por aquellas personas que me necesitan, por aliviar aquel sufrimiento que nunca termino de irse y cuando lo consiga, si mi forma de pensar no cambia hallare el antídoto y aliviare mi alma.

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