mire hacia delante, vi tu rostro difuminarse, agarre fuertemente mi pecho sin poder evitar que mis piernas temblorosas y sin fuerzas cayeran desgastadas.
intente contener mis lagrimas para no humillarme mas pero mi caudal reboso inundando mi rostro, sentía que un fuego ardiente estaba quemando mi pobre corazón que no hizo mas que amar a quien no debió.
entonces comprendí.... que podía ser que las lagrimas fueran una simple defensa para apagar ese intenso fuego que no me dejaba ni respirar, inundando mis pulmones de el humo de los recuerdos que repartía hacia todas las células de mi cuerpo sin poder evitar que ella sintieran el recuerdo de tu presencia.
cuando pensé que nada podía ir peor, mi mente empezó a vacilar haciéndome creer que te veía en aquellos lugares donde nunca estarás, esperaba con ansia el día de tu llegada, esperaba con ansia que me quitaras esta agonía.
entonces comprendí que realmente te ame.... y me empece a cuestionar preguntas cual todas las respuestas se hallaban en ti.
empece a decir que te odiaba, ambos sabíamos que no era verdad. odiaba a mi conciencia por aferrarse a ti.
levante la mirada y comencé a caminar sabiendo que a mi lado ya no estas. ame la sensación de amar pero no la comprendí asta que sentí el dolor.
la obsesión de aferrarse a alguien solo causa el mayor cáncer de todos, silencioso y traicionero, piensas que junto a el estarás bien pero.. la despedida crea los primeros síntomas, cual muchos piensan que la cura puede ser repetir la misma acción con personas diferentes, se equivocan solo causara un aumento de la enfermedad.
tan solo basta soñar, para no querer volver despertar y quedarse aferrados a una ilusión.
mi sistema inmunitario no lo tomo como una amenaza y lo dejo adentrarse en mi interior apoderándose de todo el organismo de mi cuerpo para que una vez comience la batalla tenga la victoria ganada.
tres pasos mas, no me iba a rendir, tenia que escapar, respirar aire y consultar a los astros como librarme de esta maldición.
casi al borde de la muerte comprendí que no podía dejarme vencer tan fácilmente, recordé aquellos momentos que junto a el viví y volví a sonreír, sentí la misma sensación pero esta vez fue diferente, me sentía feliz.
comprendí que la única cura a esta enfermedad, no era evitar recordar, ni buscar fuera lo que un día perdí. si no sentir la misma sensación y no darla como perdida si no como vivida. no mantenerla con nostalgia, si no como experiencia.
ese fue mi secreto, así fue como yo pude curarme de aquella enfermedad llamada amor.
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